lunes, 27 de julio de 2009

No volvere a ser joven...




Que la vida iba en serio
u
no lo empieza a comprender más tarde
-como todos los jóvenes, yo vine
a llevarme la vida por delante-.

Dejar huella quería
y m
archarme entre aplausos
-envejecer, morir, er
an tan sólo
l
as dimensiones del teatro-.

Pero ha pasado el tiempo
y l
a verdad desagradable asoma:
envejecer, morir,
es el único
argumento de la obra.

[Gil de Biedma]


Yo maté al mar...

[Y según recuerdo... Fue una Noche de Agosto]






Tus pies descalzos caminaron por la playa, mientras arrastraban suavemente la arena de mar impregnada en tu piel. La luna iluminaba tus bellos y diamantados ojos, la brisa del mar volaba por el viento y se adhería como un beso tierno a tu suave piel…
De vez en cuando un pez detenía su curso y saltaba de entre las aguas intentando captar tu mirada; un par de veleros se veían a la distancia con sus luces lejanas reflejándose en el vaivén de las aguas…
Yo tan solo seguía tirado sobre la arena, inclinando mi cabeza sobre esa pequeña roca, contemplándote en el silencio de la bahía, -admirándote-...
Todo aquello era un éxtasis… Tu cabello dorado cubriendo la delicada figura de tu espalda. Las olas susurrándome tu nombre y después desapareciendo en un golpe furioso en la espuma de aquel templo de arena…
De repente una perla brotó de tus ojos y recorrió tristemente tu mejilla aterciopelada, quise correr hacia ti, consolarte, abrazarte, pero pesó mas el miedo, y me quede en el silencio de aquel anonimato enamorado... -sentí que mi corazón se quemaba-
El mar seguía balanceándose sobre sí, aquel par de veleros con sus luces lejanas parecían entablar una charla de viejos amigos y la arena cobijada con su tibieza, estrechaba tristemente mis manos.
Tomé un suspiro y dirigí mi mirada hacia tí, tu rostro… tan perfecto, tan suave, tan hermoso, ahora lucía empapado por una lágrima que escurría por tu mejilla, la impotencia acompañada del miedo se transformó en interrogante:
¿Qué era aquello que menguaba tu tristeza?
¿Qué era tan víl como para hacer sangrar los ojos mas bellos que jamás había visto ¿?

Un sentimiento de ira recorrió mis venas, y vi como tu mirada se perdía en el horizonte…
Sentí celos del mar, sentí celos de esa inmensidad que me robaba esa hechizante mirada de belleza perfecta
Salí corriendo del lugar, planee a conciencia lo que haría, tomé mi guitarra y regresé a la playa…
Armado como un viejo mercenario, -tan solo con mi guitarra y mi tristeza- te busqué entre la luz de luna de aquella noche
Simplemente... habías desaparecido
Mi guitarra cayó con un golpe seco sobre la arena, caí de rodillas ante aquellas olas que se reían de mi desgracia;
Me levanté de la arena con los ojos llenos de lágrimas y me paré frente al mar
Le desée la muerte a los cuatro vientos, grité y corrí hacia el y solté mis mejores golpes contra las olas. No quise saber nada más por el momento, y escapé.
Al paso de los días me juzgaron loco… como podría haberme robado el corazón alguien a quien no conocía… ¿? Como habría podido enfrentar al mar tan solo con mi amor y mi guitarra… ¿?
Pasó el tiempo y yo seguí aquí hundido en mi tristeza… recordándola.
Mi vieja choza de palma era arrullada como hoja en el viento, que lentamente me susurraba tu nombre y me llenaba de suspiros; me resigné a perderte.
Cierto día de invierno volví a la playa y tome asiento en aquella misma piedra que nos presentó, el mar ya no brillaba como antes, sus olas eran débiles y tristes, su brisa ya no tenía aquel aroma extasiante y no estabas tú…
Yo había matado al mar…!! Y no pude evitar esbozar una sonrisa
Cansado y pensativo quedé dormido sobre aquel montón de arena, entre sueños escuché que alguien se acercaba a mi, pero no preste importancia… Ya todo había quedado olvidado, aquella musa de ojos verdes y mirada soñadora ya no estaba en mis sueños, el mar había pagado por ello y yo ahora estaba tirado a la suerte...
De repente alguien toco mi hombro con suavidad, desperté y vi un par de luceros que me miraban fijamente…


Era ella…             

  [Eras Tú]